“El imperialismo en su fase contemporánea: crisis global, dominación territorial y dependencia”
Pocas obras han marcado un rumbo tan decisivo sobre la historia de la humanidad como el Manifiesto del Partido Comunista, declaración de guerra del proletariado escrito por Karl Marx y Friedrich Engels hace más de 170 años. El Manifiesto plasmará dentro de sus páginas una serie de revelaciones teóricas y políticas sobre el carácter contradictorio de la sociedad moderna y los inevitables estragos que acompañaron su desarrollo. En uno de los pasajes más recordados hasta nuestros días, debido al pronóstico tan acertado que hoy se revela en su máximo esplendor, se describía el carácter universal del capitalismo, ilustrado en aquellas memorables palabras: “Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes [...] forja un mundo a su imagen y semejanza”.1 Esta categórica afirmación, sintetizaría la unificación de todas las relaciones entre los seres humanos mediante la formación de un mercado mundial, permitiría distinguir las coordenadas básicas de su ordenanza planetaria y expondrá todas sus distintas caras y facetas, sobre las cuales se configuraría el dominación global por parte de ciertos capitales, economías y regiones.
Será bajo esta línea que a inicios del siglo XX se hace presente dentro de la teoría marxista los análisis y las tesis sobre el imperialismo como fase superior del capitalismo. El imperialismo se convirtió en el elemento distintivo de la llamada “tercera generación del marxismo clásico”; toda una generación de intelectuales que además de las reflexiones y teorización sobre las estrategias revolucionarias y el papel del Estado burgués, tuvieron siempre una mirada penetrante sobre la universalidad de los procesos de dominación y acumulación capitalista. Para el historiador Eric Hobsbawm, esta tercera generación constituyó el punto de partida para otros análisis más amplios, pues no hay duda de que el término imperialismo se incorporó al vocabulario político y periodístico durante el curso de los debates que se desarrollaron sobre la conquista colonial. Además, fue entonces cuando adquirió, en cuanto concepto, la dimensión económica que no ha perdido desde entonces. El análisis del imperialismo realizado principalmente por Lenin, se convirtió en un fuerza central del marxismo revolucionario de los movimientos comunistas a partir de 1917 y también de los movimientos revolucionarios del tercer mundo.[2]
De esta manera, para Lenin, el imperialismo significó “el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trust internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes”.[3] Esto permitió entender diversos procesos tales como la expansión colonial, las guerras entre las potencias, la dependencia y subordinación de países y regiones en el mercado mundial, la internacionalización del capital y la hegemonía financiera, política, militar, intelectual y tecnológica como formas históricas vinculadas con un proceso de desarrollo desigual y combinado.
Hoy en día, lejos de desaparecer dichos procesos, se han agudizado y exacerbado. Ya que a finales del 2008 un terremoto sacudió la economía mundial. El epicentro de este movimiento fueron los Estados Unidos y la caída del banco de inversiones Lehman Brothers. Las severas dificultades por la financiación de las viviendas y su impacto en el conjunto del sistema financiero y bancario estadounidense, como consecuencia del sobreendeudamiento propiciado por varias décadas de un mercado desregulado generó grandes problemas prácticamente sobre todos los sectores de la economía norteamericana. Rápidamente sus efectos se expandieron al resto del planeta lo que llevó a una recesión generalizada. Si bien en sus inicios se expresó como un problema exclusivamente financiero, en el fondo significó el declive profundo y duradero de la tasa de rendimiento global debido a la sobrecapacidad en las industrias manufactureras mundiales que causó el colapso del comercio y la economía mundial, lo que trajo como consecuencia la desaceleración global más pronunciada desde la gran crisis de los años treinta. Esto provocó que durante la posterior década los movimientos de capital y la economía internacional se detuvieran, a tal grado que algunos autores llegaron a hablar del fin de la globalización. Sin embargo, más que declarar el inicio de la desglobalización o una reglobalización económica como algunos plantearon, este episodio expresó la fuerza hacia un nuevo reajuste en el despliegue del imperialismo, y más precisamente en la lucha y disputa interimperialista, o como diría Ernest Mandel en la concurrencia interimperialista acentuada.[4]
Bajo este contexto, se vuelve pertinente colocar sobre la mesa el estudio teórico, histórico y actual del imperialismo y sus distintas manifestaciones, dimensiones y procesos, de manera tal que se pueda reconocer que el imperialismo es un conjunto de mecanismos de dominación económica y política que operan al servicio de los poderes hegemónicos del capitalismo mundial, en donde persiste la lucha entre estados-naciones capitalistas por el dominio del sistema mundial y el control territorial. De esta manera, la presente convocatoria busca analizar los aspectos centrales sobre la expansión global y territorial del imperialismo en su fase histórica y contemporánea. Particularmente, propone profundizar en el conocimiento de los procesos y consecuencias económicas, políticas y militares que genera la crisis mundial en curso, especialmente en la lucha interimperialista por el reparto del mundo y las soluciones estratégicas del capital para revertir la caída de sus tasas de ganancia. Se pretende abordar, además, las diferentes lecturas de autores clásicos y contemporáneos sobre el dominio imperialista; también deseamos profundizar en los diversos debates que existen alrededor de las causas y raíces de la presente crisis global, así como los principales problemas estructurales y coyunturales que enfrentan los países dependientes y subdesarrollado frente al poder de las economías imperialistas. Se invita a colaborar a todas aquellas propuestas de reflexiones teóricas, investigaciones de carácter analítico y/o explicativas y estudios de caso a escalas local, nacional, regional y global.
Sugerencias de subtemas:
- Teoría, historia y tesis clásicas sobre el imperialismo.
- Imperialismo y capitalismo dependiente: subdesarrollo, desarrollo desigual y subimperialismo.
- Procesos contemporáneos de internacionalización capitalista: IED, monopolios y cadenas globales de valor.
- Guerras interimperialistas, intervencionismo político-militar y dominación territorial
- Crisis de la mundialización capitalista: reestructuración productiva, (des) integración comercial y disputa geopolítica.
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Fecha límite de envío de manuscritos: 31 de mayo de 2024
[1] Friedrich Engels y Karl Marx, “Manifiesto del Partido Comunista”, en Karl Marx, Antología. Buenos Aires, Siglo XXI, pp. 120-121.
[2] Cf. Eric Hobsbawm, La era del imperio. 1875-1914. Barcelona, Crítica, 2009, p. 69.
[3] Vladímir Ilich Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1947, p. 116.
[4] Cf. Ernest Mandel, La teoría marxista de las crisis y la actual depresión económica. Coyoacán, (17/18), 1985, pp. 1-8. Recuperado de http://gesd.free.fr/mandel83.pdf