Una ciudad, un santo, una Orden: Bolonia, Domingo de Caleruega y la Orden de los Frailes Predicadores. Entre la vocación al estudio y la custodia de las sagradas prendas
Resumen
En el presente ensayo se ilustrarán los acontecimientos y los símbolos de la devoción a un santo, a una ciudad, a un monumento: Domingo de Caleruega, Bolonia y la basílica y monasterio de los frailes predicadores. No es raro, en Italia, asistir a una integración tan fuerte entre tres diferentes y, al mismo tiempo, complementarias dimensiones de una dinámica histórica. No obstante, en el caso de Bolonia hay algo más: un “cuarto elemento”, que alude a la historia y a la función de la Ordo praedicatorum aun precediéndolas más o menos en un siglo. Se trata de la Universidad: el célebre Estudio, valiéndose desde mediados del siglo XII de la previsora legitimación de Barbarroja, y aquellos (en origen y en teoría cualquier convento, porque en cada uno de ellos se estudiaba teología) de los “studentes in sacra pagina”.