Cómo ser un filósofo académico. El discurso como práctica de posicionamiento en varios niveles

Resumen

En mi artículo, presentaré una aproximación desde el saber-poder al discurso académico. Partiendo de desarrollos pragmáticos y post-estructuralistas en teoría social, este modelo teoriza el reto que los investigadores académicos deben afrontar en el discurso académico: asegurarse un lugar en el mundo social de la investigación. Los investigadores que participan en el discurso académico generalmente deben combinar dos tipos de posiciones: por un lado, necesitan encontrar su lugar entre las múltiples comunidades científicas, i. e. en el mundo del conocimiento especializado. Por otro, necesitan situarse en una institución de educación superior, con sus grupos de estatus, jerarquías y reglas burocráticas, i. e. en el mundo del poder institucional. Si los investigadores quieren ocupar las posiciones más atractivas del campo académico, deben prosperar en ambos mundos al mismo tiempo. Aunque sus carreras, estrategias y “recetas” pueden ser muy diferentes, todos los investigadores se implican en el discurso académico, entendido como un proceso de posicionamiento continuo basado en publicaciones, en el que las posiciones simbólicas (i. e. como especialista en la Antigüedad tardía) deben transformarse gradualmente en posiciones institucionales (i. e. como catedrático de Historia Antigua).