La frontière orientale de l’Europe dans le récit d’un officier français au début du XIXe siècle

Autores/as

  • Sorin Şipoş Universidad de Oradea
Palabras clave: Guilleminot, Francia, Principados Rumanos, testimonios, frontera oriental

Resumen

El espacio rumano ha despertado el interés de las grandes potencias europeas a raíz de retomar la ofensiva contra el Imperio Otomano a finales del siglo XVIII. Más tarde, dentro del contexto de la agudización de la crisis del Imperio Otomano, los grandes poderes que competían por heredar los dominios otomanos en Europa buscaron las soluciones más adecuadas para apoderarse de estos espacios. Para legitimar la nueva realidad política, Rusia, Austria y Francia intensificaron sus iniciativas de acercamiento a la élite política de los principados rumanos, prometiéndoles el mantenimiento de los antiguos privilegios y el reconocimiento de una amplia autonomía para el país. Los viajeros extranjeros que recorrieron el espacio rumano quedaron impresionados por la variedad de recursos existentes allí. Al mismo tiempo, constataron con sorpresa el hecho de que las riquezas no eran explotadas eficientemente, y los habitantes del país, en su mayoría campesinos, los principales o quizás únicos productores de bienes, vivían en una pobreza indescriptible, despreciados y sometidos por la élite política del país. El informe redactado por Armand-Charles Guilleminot, comandante-adjunto, en París, el 27 de septembrie de 1807, confirma en gran medida las observaciones de distintos viajeros que recorrieron los principados rumanos.

Guilleminot se muestra generoso cuando describe a los moldavos y valacos que encuentra en su viaje, manifestando cierta simpatía hacia los habitantes de estas dos provincias. Sin embargo, no duda en transmitir a la posteridad los defectos más comunes atribuidos a los habitantes de estas provincias. Pero de ningún modo da la impresión de que pudiera haberse alineado a las críticas acerca de los rumanos. No tan comprensivo se muestra sin embargo con otros habitantes de los principados.

El autor no olvida evidenciar las riquezas de estos países. Es interesante el hecho de que la enumeración de recursos del suelo y del subsuelo no se hiciera con ostentación. Al contrario, los sentimientos que trascienden estas líneas son complejos, llenos de comprensión y humanidad con respecto a los moradores de unos países ricos en recursos, pero en los que se vive en condiciones tan penosas, siendo precisamente los productores de bienes los más oprimidos y castigados. El oficial francés remarca aspectos que podrían constituir una extraordinaria ventaja para los principados rumanos.

De este modo, los recursos del país y su posición geopolítica, así como un gobierno sensato de estas provincias constuirían una ventaja esencial en su desarrollo. El observador francés constata con tristeza la falta de una industria, rama fundamental para las economías prósperas en aquel momento. De la misma manera constata el hecho de que los mejores trabajadores que se hallan en los principados son de origen alemán, hebreo y armenio. Así pues, el autor reconoce las virtudes de buenos profesionales de la población alógena de allí. Por ello no creemos que si en una determinada situación es crítico con la población alógena, se le deba una actitud hostil frente a los extranjeros.

Los que sí son culpables por su falta de visión, y por otras muchas cosas son los turcos, en opinión del viajero francés. No creemos que el autor del informe tuviera algo especial contra este pueblo. Su descontento se debe al hecho de que los turcos, siendo los soberanos de estas provincias, es decir, quienes se aprovechaban de sus recursos, tenían el deber al mismo tiempo de ser sus defensores. Y eso en realidad no ocurrió. Lo más probable es que Guilleminot, que proviene de un mundo que sabe utilizar los recursos y apreciar a aquellos que producen bienes, no pueda entender los anacronismos existentes en el Imperio Otomano. La tiranía, el despotismo, la corrupción, la ineficiencia son opuestas al mundo al que pertenece Guilleminot y, en consecuencia, él no los puede entender ni aceptar. Éstas son las razones que le determinan ser crítico frente al sistema otomano y a manifestar compasión e incluso simpatía por los rumanos sometidos a la dominación de la Gran Puerta.

Con independencia de las razones del viaje emprendido por el oficial francés, el informe redactado es una fuente documental importante sobre el espacio rumano de los primeros años del siglo XIX. Ha sido concebido en un momento en el que los intereses de Francia en lo que respecta el espacio rumano crecían cada vez más.

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Cómo citar
Şipoş, S. (2012). La frontière orientale de l’Europe dans le récit d’un officier français au début du XIXe siècle. Papeles de Geografía, (55-56), 207–219. Recuperado a partir de https://revistas.um.es/geografia/article/view/176311
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