El simbolismo de las letras y del lenguaje según Ibn ʿArabī
Abstract
En el presente artículo trataremos ciertos aspectos y aportaremos algunas modestas aclaraciones sobre la concepción del lenguaje y la ciencia mística de las letras, uno de los temas centrales en la obra del Maestro Máximo, Ibn al-ʿArabī. La visión del origen del mundo que se desprende de los escritos de Ibn ʿArabī está estrechamente vinculada a su concepción del lenguaje. El acto de creación para Dios no es distinto de su acto de palabra. Dios instaura en el ser una multitud indefinida de creaturas por medio de una palabra, y estas creaturas se vuelven vocablos del inmenso discurso divino que es el universo. Abordaremos el tema en tres ámbitos: la cuestión del lenguaje en su relación con los orígenes, después con relación a la revelación (coránica) y, finalmente, con respecto a la función espiritual del hombre. En los orígenes será la palabra divina llamando las cosas al ser lo que posibilita que pasen éstas se manifiesten. Esta instancia organizadora de los seres manifestados es designada por Ibn al-ʿArabī como los “Nombres divinos”. Se considera que cada ser en su acontecer constituye una letra en la composición del gran discurso cósmico. Dios crea por medio de un “soplo divino” que sostiene continuamente la existencia del universo. Es esta expiración la que hace posible la “articulación” de las palabras divinas a las que Ibn ʿArabī llama Nombres, es decir, los nombres de los nombres que forman el lenguaje humano y las diversas modalidades gracias a los cuales Dios impulsa y organiza el ser en el universo. Además, Ibn ʿArabī explica que existe una unión entre el discurso divino cósmico y la palabra coránica. Para nuestro autor las especulaciones sobre la significación espiritual de las letras desempeñan en el gnóstico una función operativa en el proceso de transformación espiritual y no son una mera elaboración doctrinal ni una especulación deductiva o inductiva. Se trata del Corán, como verbo divino integrador que contiene potencialmente toda la Sabiduría universal y es el homólogo del ser humano, por tanto, el objetivo del sufí será conformarse en la medida de lo posible a este verbo divino, invitándole a tornarse Corán y palabra divina, para conformarse en la figura del Hombre perfecto, realizando así su propia perfección individual, el Nombre que le es propio.
Y por último trataremos la cuestión de la función espiritual del hombre como mediador universal sobre la dimensión esotérica, ya que solo él puede nombrar las cosas conectándolas a los Nombres divinos que son sus raíces. Será, a través de la meditación íntima en la dimensión esotérica de las letras, cómo el sufí podrá, en efecto, relacionar letras, poner letras y nombres a todas estas cosas que se asemejan al macrocosmos, llegando incluso a tener dominio sobre él.