MOLINA VILLETA, Javier. Hernán Cortés. Un dilema histórico. El conquistador en la historiografía contemporánea. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, Diputación de Sevilla, 2025. 415 p. ISBN: 978-84-472-2779-2.
La década de 1930, más allá de la imagen simplificada construida por el efecto acumulativo de las producciones cinematográficas, representa el periodo de mayor complejidad de análisis para los estudiosos del siglo XX. El crac del 29 y la Gran Depresión constituyen, hasta la fecha, la crisis económica más larga, icónica y trascendente de toda la Edad Contemporánea. El desempleo masivo, la desaparición de empresas y la quiebra de bancos hicieron que las consolidadas instituciones democráticas estadounidenses se tambaleasen. En ese momento clave, Franklin Delano Roosevelt se convirtió en el encargado de reflotar la estructura económica y el sistema político de los Estados Unidos, mediante la implementación de un plan de reforma progresista conocido como New Deal. El profesor Espasa de la Fuente[1] realiza una fantástica labor de síntesis a la hora de clasificar e interpretar los múltiples acontecimientos de aquella fase (1929-1945). El libro se compone de ciento noventa páginas: un apartado introductorio, cinco capítulos, un epílogo y un apartado notas bibliográficas.
En la introducción se llevan a cabo algunas puntualizaciones sobre la memoria de la Gran Depresión y la mitología política sobre el New Deal. Aquí se sostiene que la Gran Depresión es un referente comparativo para los investigadores de las ciencias sociales y las humanidades desde hace décadas, especialmente ahora que llevamos más de doce años de crisis ininterrumpida. Se establece una correlación terminológica: muchos autores suelen calificar a la crisis resultante del colapso financiero de Lehman Brothers Holdings (2008) como la Gran Recesión, que presenta indicios de agravarse con la irrupción del coronavirus (2020). La comparación histórica es inevitable entre ambos acontecimientos, en el intento de esclarecer las causas y de analizar las consecuencias.
“Del crac del 29 a las elecciones de 1932” es el título del primer capítulo. Se hace un repaso de los acontecimientos previos a la catástrofe bursátil, las principales teorías económicas que tratan de explicar el desastre económico, los debates cuestionadores del sistema y las reformas planteadas para la reactivación de todos los estados miembros de la Unión. En los siguiente párrafos se presta especial atención a las elecciones presidenciales de 1932, enfatizando sobre las desorientaciones de la opinión pública y las lizas por el control del Partido Demócrata: “[…] El entonces gobernador de Nueva York, Franklin Delano Roosevelt, era el candidato más fuerte, pero no pudo obtener la candidatura en las primeras votaciones por la resistencia del sector más proempresarial del partido, que intentó agrupar sus fuerzas en una reedición de la candidatura de Al Smith […]” (página 31).
La adaptación de Roosevelt al Despacho Oval, la lógica planteada para reformar la estructura económica, el desarrollo legislativo de las dos fases del New Deal, los movimientos populistas ante la crisis económica, la organización de los colectivos trabajadores ante el desempleo creciente son los temas principales del segundo capítulo: “Experimentalismo contra la desesperación”. En 1933, el discurso inaugural del nuevo presidente ya dejaba intuir que se pondrían en marcha algunas experimentaciones y se abandonarían algunos hábitos autodestructivos del sistema capitalista. A pesar de lo que ha planteado la historiografía neoliberal, aquel histórico discurso de toma de posesión no supuso un alegato anticapitalista. La aprobación de la Ley Glass-Steagall fue una de las primeras medidas del ejecutivo demócrata, pero también fue una de las más acertadas y populares de aquellos cuatro mandatos presidenciales (1933-1945).
El tercer capítulo, “La reforma judicial y el gran debate democrático”, pone el foco sobre el proceso electoral de 1936, la presión creciente de los movimientos radicales, la oposición frontal del poder judicial, el discurso incendiario del gran capital y el debate teorético sobre los conceptos de democratización del sistema económico y democratización del sistema político. Este conjunto de páginas evidencia el aplastante dominio electoral del presidente Roosevelt y, al contrario de lo que generalmente se cree, las inmensas dificultadas que el New Deal tuvo que pasar para salir adelante. Roosevelt fue un líder muy atrevido, que no dudo en contravenir mandatos tradicionales y convenciones institucionales, ese atrevimiento le granjeó una vehemente actitud defensiva del Tribunal Supremo y una alianza opositora de representantes del poder legislativo (demócratas y republicanos). Las aspiraciones internacionalistas de la administración también tuvieron que atravesar un tortuoso camino de trabas dialécticas y administrativas.
El cuarto capítulo, que lleva por título “La recesión Roosevelt (1937-1938) y el ascenso del keynesianismo”, es el apartado que se centra más en los aspectos teóricos del pensamiento económico de la época; pensamiento que acabó cristalizando institucionalmente y perdurando académicamente. Los cuatro temas principales son: la recesión de los años 1937 y 1938, el diseño de proyectos legislativos antitrust, la expansión generacional del pensamiento keynesiano y el nacimiento del neoliberalismo como crítica frontal al reformismo pragmático de Roosevelt. En ese capítulo se acumulan muchas temáticas interesantes, pero destacan principalmente tres: la gran controversia que brotaba de los esfuerzos federales por limitar el poder de las grandes corporaciones (comerciales e industriales), el gran entusiasmo que generaron las tesis de John Maynard Keynes entre los jóvenes colectivos académicos estadounidenses y la gran reconversión intelectual del pensamiento económico clásico a través de las figuras de Walter Lippmann y Friedrich Hayek.
“Exportando el New Deal” es el título del quinto capítulo, en estas páginas se condensan algunos temas relacionados con las relaciones internacionales, la proyección exterior estadounidense y el avance del pensamiento fascista en Europa y América Latina. Evidentemente, estas cuestiones están intensamente relacionadas con el contexto económico de la época y, por qué no decirlo, con los contrapesos ideológicos del Partido Demócrata y las necesidades electorales del proyecto político del trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos. El profesor Espasa de la Fuente plantea unas reflexiones muy interesantes sobre el legado político del New Deal, las figuras de los vicepresidentes Henry Wallace y Harry Truman, el golpe de Estado en Brasil, los intereses inversionistas en Cuba, el conflicto civil en España, la nacionalización energética en México, los Acuerdos de Bretton Woods y la Conferencia de San Francisco. En definitiva, los objetivos de apaciguamiento en Europa, la doctrina del “buen vecino” en América Latina y la redefinición del role de los grandes complejos empresariales estadounidenses en el exterior.
En el epilogo final se lleva a cabo la invocación de una nueva agenda progresista para combatir la actual crisis económica; se presenta el Green New Deal y las personalidades políticas que están detrás de esta propuesta. Las siguientes líneas son muy evocadoras y merecen ser transcritas: “[…] Al igual que en el “nuevo trato” de los años treinta, la preocupación por el pleno empleo de calidad es un elemento central del Green New Deal. Sin duda, el inicio de un gran proceso de transición energética representa una mejor oportunidad para promocionar sectores intensivos en trabajo que mantener el actual sistema energético. Por eso la propuesta de Sanders para el Green New Deal incluye la creación de 20 millones de puestos de ‘trabajos sindicalizados y bien remunerados, en la fabricación de acero y automóviles, construcción, modernización de eficiencia energética, granjas de servidores y codificación, y plantas de energía renovable’. Teniendo en cuenta el nivel de desempleo en Estados Unidos, el plan de Sanders equivale a un programa de empleo garantizado, una exigencia que enlaza históricamente con los programas de empleo público temporal […]” (página 179).
La estrategia económica implementada por la administración Hoover, para contrarrestar los efectos de colapso financiero del otoño 1929, sumieron a millones de estadounidenses en la pobreza más extrema; la sociedad en su conjunto tuvo que pasar por una situación extrema y sin precedentes. El descontento ciudadano era tan profundo en 1932, que los demócratas tuvieron el camino expedito hacia Capitol Hill. El presidente Roosevelt puso en marcha la versión estadounidense de la revolución keynesiana. Ese plan revolucionario determinó que el Estado debía asumir una serie de funciones que no había desempeñado anteriormente, para tratar de reactivar la producción y frenar la hemorragia económica que estaba dejando exangüe a muchos grupos poblacionales. Por supuesto, los principales sectores empresariales y los grandes capitales del país se mostraron atacados por la agenda reformadora del presidente Roosevelt.
El New Deal, con el paso del tiempo, se ha convertido, a todas luces, en un periodo mitificado. Dicha mitificación se ha producido desde muy diferentes perspectivas ideológicas, ya que fue una década clave, que condicionó la evolución de la economía y las mentalidades políticas hasta 1971 (fin del patrón oro). Aquel flamante “nuevo trato”, lejos de aplicar una teoría económica clara, se dedicó a experimentar e improvisar durante mucho tiempo, cayendo en contradicciones puntuales, fracasos parciales y rectificaciones frecuentes. A pesar de las actuales críticas de los teóricos conservadores de la economía, que hablan de un periodo izquierdista y con ausencia de circunspección ejecutiva, el presidente Roosevelt (1933-1945) fue capaz de construir un estado del bienestar, de sentar las bases de un largo periodo de expansión económica y de alcanzar el estatus de superpotencia global. A lo largo de toda la publicación, se percibe con mucha claridad la formación metodológica del profesor Espasa de la Fuente, ya que el análisis histórico-político, en la mayoría de las ocasiones, está interrelacionado con el momento presente.
Palmira Vélez
Universidad de Zaragoza
https://orcid.org/0000-0001-9343-7591
[1] Doctor en Historia Comparada, Política y Social en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde consiguió el Premio Extraordinario de Doctorado (2014). Profesor asociado en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde imparte la asignatura de “Histórica Política de los Estados Unidos”. También, es miembro de la Asociación de Historia Contemporánea y ha realizado varias estancias de investigación en diferentes centros de educación superior; destaca su periodo de investigación en la Universidad de Harvard, donde fue galardonado con el Derek Bok Center Certificate of Distinction in Teaching (2011).