RESEÑAS

 

 

 

 

MOLINA VILLETA, Javier. Hernán Cortés. Un dilema histórico. El conquistador en la historiografía contemporánea. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, Diputación de Sevilla, 2025. 415 p. ISBN: 978-84-472-2779-2.

 

La Universidad de Sevilla en conjunción con la Diputación de Sevilla recién acaban de editar este libro sobre un tema de actualidad, tanto por el propio interés intrínseco del personaje y la época cortesianos en que se centra, como por la proximidad a la cronología de las conmemoraciones. El libro ha sido galardonado con el accésit del concurso de monografías Nuestra América 2023, que convocan los editores señalados arriba y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

 

La obra, sólidamente documentada y rigurosa en sus algo más de 400 páginas, viene a llenar un vacío científico en la materia. Se ha encargado de ello Javier Molina Villeta, autor que aúna en su persona las facetas de investigador académico y escritor/periodista de divulgación cultural; él es doctor en Historia por la UNAM, y también tiene el doctorado en Literatura Hispanoamericana por la Complutense de Madrid. Esta formación dual y la proyección –incluso como escritor– más allá de un ámbito estrictamente académico, por lo general más rígido, es lo que le ha permitido, seguramente, moverse con autoridad y fluidez entre la abundante obra escrita sobre Hernán Cortés a varios niveles y acabar ofreciendo un Cortés, “un dilema histórico” en sus propias palabras, historiográficamente convincente.

 

La investigación que tenemos a la vista se puede considerar en su totalidad un estado de la cuestión, lo que la hace particularmente útil para la comunidad universitaria y un público general interesado en esta temática. Básicamente es un estado de la cuestión que se enmarca en varias variables: nacionalismos, identidad y relatos identitarios, conciencia de poseer una historia común y valores/cultura compartidos. Todo esto le lleva a la toma de decisión principal que es la delimitación de lo que va a considerar objeto de estudio: ¿qué obras?, ¿qué autores?, ¿de dónde o de qué afiliación?

 

La Introducción (11-39) plantea algunos antecedentes historiográficos a la cronología contemporánea del libro, y clarifica conceptos básicos como “hispanismo”, “hispanofilia”, “indigenismo” y “mestizofilia”. Es un proceder correcto para, efectivamente, saber de qué estamos hablando desde el principio y no caer en equívocos. La estructura continúa con cinco grandes capítulos y sendas conclusiones, además de las conclusiones finales y el apartado de Bibliografía. En todos los capítulos se nos da el análisis de la producción española y mexicana, y la extranjera si procede, con detalle y ánimo comparativo.

 

El libro que reseñamos es meritorio por otras varias razones. Una, por ejemplo, es el manejo de la prensa (El País, Letras Libres…) que, aunque no muy abundante, sí es oportuno. Otra, haber rescatado y/o visibilizado autores y obras poco conocidas como las de Henry R. Wagner y Viktor Frankl. En tercer lugar, el buen aprovechamiento que hace de las fuentes en idioma español e inglés, cuando llega a reclamar que un análisis exhaustivo de la traducción de, por ejemplo, Anthony R. Pagden (Letters from Mexico) pudiera evidenciar casos de “tergiversación, errores o mala praxis”, “invenciones” o “añadidos” interpretados en las versiones a otro idioma.

 

Por eso el autor reconoce que dará cabida a obras que ofrecen fuentes, método y mirada historiográficas, dando cabida, en contadas ocasiones, a algún autor no estrictamente académico o historiográfico; es decir, perteneciente más al género del ensayo.[1]

 

Hemos de recordar que el ensayo fue el medio y el género común de divulgar la historia, y que tuvo orígenes en la prensa. Nacido con el filósofo humanista y escritor francés Michel de Montaigne, que fue uno de sus cultivadores pioneros, más contemporáneamente el ensayo tendría en España un desarrollo fructífero a fines del siglo XIX. La importancia del ensayo histórico decayó en España tras la Guerra Civil por ser considerado un género liberal.

 

En otras latitudes, como apunta el autor, el ensayo ha dado igualmente cabida a controversias y polémicas, pero una de las características del ensayo es seguramente esa, estar menos encorsetado que un trabajo de la academia y prestarse a tratar temas de candente actualidad, como demuestran las efemérides y conmemoraciones (algo importante que se reconoce implícitamente, por cierto, al decidir incluso el índice de esta investigación).

 

Otra característica, igualmente cumplida en el presente trabajo, es su, al menos parcial, atención prestada al cultivo por parte de representantes de la academia que han investigado previamente y que luego en un ensayo escrito sobre la misma materia o materia afín lanzarán, a modo de plataforma, preguntas más osadas, incluso con ánimo provocador. En este apartado se no explica la adscripción política de casi todos los autores analizados. Se nos dice que la interpretación a la carta de personajes es lo que prevalece en la divulgación, no en el ámbito académico, lo cual creemos que es correcto. Por eso son las obras más polémicas y populares, las que, concluye Javier Molina, “acaparan la atención mediática y el fervor ideológico y nacionalista de buena parte de los lectores y usuarios de las redes sociales”.

 

Antes de entrar en la descripción de los capítulos, permítasenos adelantar algunas consideraciones que al hilo de la escritura hace el autor; por ejemplo, la muy escasa contribución de la llamada “Nueva historia de la conquista” que pusiera en práctica Matthew Restall; o la insistencia en la necesaria e insoslayable consulta y crítica de fuentes, con las cuales poder luego escribir la historia (como hace la reconocida especialista en la materia María del Carmen Martínez Martínez, expresamente citada). La precisión de que el profesional de la historia no ha de olvidar el contexto histórico de su objeto de estudio, no por obvia es menos necesaria.

 

La otra dimensión fundamental del libro es la consideración del género de la biografía (p. 24, 27-28, 31, passim). El objetivo, nos dice el autor, no era distinguir entre los autores hispanófilos y anticortesianos (la mayoría de ellos diletantes y aficionados); se trataba más bien de indagar la forma en la que cada generación de historiadores se acercó a la figura de Hernán Cortés y la interpretó según su contexto histórico e historiográfico y sus parámetros ideológicos (p. 377); expresamente afirma que “…me propuse ampliar mi mirada y elaborar una arqueología del diálogo cortesiano a nivel internacional” (p. 379). Este método le ha permitido confirmar que las miradas no académicas y las radicales aún desvirtúan a los personajes de la conquista; mientras que “las crónicas y los testimonios del siglo XVI nos dan las claves para repensar las crónicas de Indias y entender su mundo mental” (p. 358).

 

Continuemos ahora con la clasificación de los contenidos. El primer capítulo (41-86), “La vieja mirada hispanófila” de 1910 a 1947, empieza con el nacionalismo de la revolución mexicana y la pionera apología de Carlos Pereyra; sigue en la parte española con la producción del “exiliado europeísta” Salvador de Madariaga, y finaliza con los hispanistas europeos y americanos como Henry R. Wagner y su The Rise of Fernando Cortés.

 

Le sigue el capítulo 2, comprensivo de 1947 a 1990, es decir entre el IV centenario de la muerte de Cortés (1947) y el V de su nacimiento (1985) bajo el título “Nuevas miradas entre el hispanismo y el indigenismo” (87-174). Es la etapa de producción de una de las escasas mujeres metidas a escribir sobre el extremeño, la arqueóloga indigenista mexicana Eulalia Guzmán y el gran D. Miguel León-Portilla con su clásico La visión de los vencidos. En España, por su parte, estaremos ante el franquismo y la Transición, con parámetros bien diferenciados hacia la historia colonial. Adicionalmente se nos habla de tres grandes especialistas extranjeros: Viktor Frankl, John H. Elliot y Tzvetan Todorov.

 

“El tercer camino. Grandes obras y biografías cortesianas, 1990-2003” es el título del capítulo tercero (175-256), ocupándose de nombres propios en la investigación y divulgación cortesianas: José Luis Martínez, Juan Miralles, Demetrio Ramos, Hugh Thomas, Bartolomé Bennassar, Bernard Grunberg. La continuación entre 2003 y 2019 es el capítulo 4 “El enfoque colectivo y multidisciplinar” (257-321). En él se extiende, entre otros, sobre los resultados de la investigación de Matthew Restall, Christian Duverger, Camila Townsend y la mencionada María del Carmen Martínez Martínez.

 

Finalmente, en el capítulo 5, “El Centenario de la Conquista de México, 2029-2021” (323-372) aborda una amplia lista de especialistas y obras sobre Cortés y su época; son los nombres, entre otros, de Enrique Sesmo, Federico Navarrete (¿Quién conquistó México?), Fernando Cervantes (Conquistadores. Una historia diferente), Esteban Mira Caballos, Antonio Espino o Stefan Rinke.

 

Una quincena de páginas (373-388) llamadas globalmente “Consideraciones finales” vienen a cerrar la parte de los contenidos del libro a modo de conclusiones finales, pues ya se ha ido ofreciendo al lector, como quedó dicho, conclusiones a cada capítulo.

 

Este libro escrito con esmero y pulcritud incluye, finalmente, una amplia Bibliografía, pero habremos de ir con cuidado al consultarla pues está dividida en tres apartados y no en uno de bibliografía y otro de fuentes. Pareciera entonces que pueda estar faltando un título cuando en realidad no es así, sino que estará referenciado en otro apartado más específico. El autor ha hecho una división tripartita de su inmenso corpus documental: historiografía acerca de Cortés y la conquista de México en los siglos XIX y XXI, por un lado; otro sobre lo mismo pero de los siglos XVI al XIX, y en tercer lugar la bibliografía citada en el texto: un texto, insisto, original, muy útil, y que es bienvenido a la comunidad profesional de americanistas en lengua española al dejarnos una visión panorámica que expone con valentía un clarificador estado de la cuestión sobre el asunto tratado.

 

 

Palmira Vélez

Universidad de Zaragoza

iris@unizar.es

https://orcid.org/0000-0001-9343-7591

 



[1] Una delimitación del alcance del género del ensayo y su relación con el relato histórico, en el capítulo “The Spanish Tradition of the Historical Essay and Its Importance to Historiography”, en Gonzalo Pasamar, Apologia and Criticism. Historians and the History of Spain, 1500-2000, Peter Lang, 2010.