Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 94 (2025), pp. 191-193

ISSN: 1130-0507 (papel) y 1989-4651 (electrónico)

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SÁNCHEZ-ANTONIO, Juan Carlos (2021). El problema del sujeto en Michel Foucault. Hacia una sociología critica de la acción social. Bogotá: Universidad del Rosario.

Desde hace décadas, en Latinoamérica, se han realizado variados esfuerzos para gestionar proyectos y procesos de liberación que permitan al ser humano comprender críticamente. Desde un sentido práctico, como desde los escenarios discursivos y, desde norte hasta el sur las voces proclaman y reclaman justicia sociocultural y epistémica para la preservación de la vida en su sentido colectivo. Las resistencias como las luchas, son de propuestas y de acciones, las cuales han salpicado diversos escenarios y modos de vida de la sociedad, desde las políticas públicas, pasando por lo educativo-académico hasta las nuevas prácticas escolares que han virado con el afán de responder a los escenarios y demandas actuales.

Juan Carlos Sánchez Antonio, filósofo zapoteco del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, con su libro “El problema del sujeto en Michel Foucault. Hacia una sociología critica de la acción social”, levanta la mano para sumarse a los esfuerzos decoloniales y forjar nuevas miradas y nuevos enfoques de interpretación a las teorías modernas, posmodernas y de la vida misma. Desde su locus enunciativo, cuestiona la exclusión y discriminación del proyecto colonial-moderno, parte su análisis para abrir el debate en torno a la obra de Michel Foucualt respecto a la concepción del sujeto y el lugar que éste ocupa en la historia, en el mundo y en su devenir contextual. Como él mismo lo indica, se trata de “comprender una nueva forma de razonar la construcción social de la subjetividad y la importancia que tiene concebir las relaciones de poder y las subjetividades como “campos de fuerzas” siempre “abiertos”, “reversibles” y “transformables” (Sánchez-Antonio, 2021)

De ahí sostiene que, más que un problema, el sujeto es un accionador social con capacidad de agenciamiento para transformar su entorno, por lo tanto, se aleja de los discursos y metáforas que indican la concepción de un sujeto ahogado y sepultado en la cárcel de sí mismo y por el otro. Por lo que nos invita a reflexionar que “la acción social no solo es una función del discurso y el poder, sino que también los individuos pueden empoderarse críticamente, reconfigurar la acción y crear otras formas de insumisión y vida creativa” (p. 23).

El libro está compuesto por seis capítulos y una conclusión. En cada uno de ellos, el autor aborda las concepciones teóricas, prácticas y metodológicas de cómo se han abordado los estudios referentes al sujeto, de esta manera hace ver algunas lagunas en los análisis realizados por filósofos de la talla de Jürguen Habermas y Alex Honeth (entre otros) quienes han considerado la muerte o la cancelación del sujeto en la obra de Foucault. Es el sesgo de la modernidad, a través de los lentes institucionales, los discursos y los dispositivos disciplinarios que se crean al interior de ellas, le permite a Sánchez-Antonio apuntar y posicionar otras formas de ver, pensar, ser y estar; miradas plurilógicas en forma trasngeográfica, transcultural y plurilingüe. Mientras que la mirada homogénea-occidental se fija desde un solo ángulo, opacando y dejando fuera otras visiones, el universo del que forma parte el autor le permite reenfocar y focalizar su visión desde otros espectros. Esta idea cobra sentido cuando el autor, coloca la tesis de que “el sujeto no es suprimido. Se trata más bien, de un sujeto descentrado de sus funciones epistemológicas” (Sánchez-Antonio, 2021). De modo que, los sujetos lejos de desaparecer, permanecen descentrados de sus funciones fundadoras. (p. 32).

Por lo tanto, el libro se centra en un análisis crítico y propositivo de las teorías y conceptos foucaultianos, de las interpretaciones que se han hecho al respecto y del sujeto mismo, en la cual hace énfasis en una sociología critica de la acción social como metodología de insumisión de los saberes sometidos.

A partir de una especie de estado de la cuestión sobre las obras de Foucault, escritos a fin e inspirado en las obras de Gilles Deleuze el autor finca la noción de sujeto descentrado en contraposición de un sujeto muerto y desaparecido por el poder disciplinario institucional. La idea hace referencia a que, desde los dispositivos modernos el sujeto ha muerto debido su incapacidad de pensar y actuar, por lo tanto, su ser y estar en el universo carece de sentido y significado en sí y para sí mismo. En cambio, con la tesis de sujeto descentrado, se sustenta que el sujeto nunca ha desparecido y mucho menos a muerto; más bien ha sido ocultado e invisibilizado por los dispositivos discursivos, las instituciones y los poderes disciplinarios y de control social ajenos a él. Tal como lo indica, “los sujetos, lejos de “desaparecer”, permanecen “descentrados” de sus funciones fundadoras. Puesto que fueron constituidos históricamente como objeto de saber en la formación de la “psicología”, la “medicina”, la “biología”, la “economía” y la “filología” como ciencias positivas del hombre” (Sánchez-Antonio, 2021).

La discusión entre el sujeto muerto (lectura moderna) y el desaparecido o descentrado (lectura del autor) trae a colación el carácter ambivalente y aporético en torno al sujeto mismo, puesto que, por un lado, se comprende a un sujeto sujetado a las normas y reglas impersonales y ajenas, en efecto, incapaz de salir a explorar otros discursos, otras prácticas, otros mundos; puesto que carece libertad y sus capacidades son sustraídas y subsumidas ontológicamente. Aunado a lo antes dicho, su locura y enfermedad lo obligan estar aislado de su lugar de enunciación. Por otro lado, se percibe un sujeto pensante con saberes-haceres y dotado de capacidades y facultades para diseñar y orquestar sus proyectos de vida individual y colectiva. Se consagra como un ente inter (dependiente, conectado, cultural, lingue) y alter (que se encuentra así mismo en el otro, su identidad parte de la alteridad).

Así, en los primeros capítulos, el autor, problematiza, complejiza y argumenta la investigación, en la cual, critíca fuertemente las lecturas que se han realizado sobre el sujeto muerto y argumenta de cómo ésta ha sido descentrado, debilitado, saqueado, etc., para ser instruido y adaptado al modelo ideal de la cultura occidental. Por lo tanto, metodológicamente, el libro plantea la posibilidad de que el sujeto pueda revertir las relaciones de poder-saber que los sometieron y constituyeron.

Enseguida, bajo el estandarte de la libertad y el poder del sujeto, o lo que es lo mismo, la ética y la política, Sánchez-Antonio introduce nuevamente la idea de los modos de subjetivación, pero ahora pensada y elaborada desde la esfera gubernamental; desde la cual se “percibe una mayor autonomía relativa de las subjetividades frente a los sistemas de poder y saber, y la vinculación que hay entre las nociones de “seguridad”, “medio”, “población” y “gobierno” (Sánchez-Antonio, 2021); para luego resaltar y reivindicar el papel de la crítica como salida de los modos de subjetivación y con ello, actuar, ser, pensar y hacer de otro modo.

Desde estos escenarios, se apuntala la idea de un sujeto analítico y crítico, por lo tanto, político y con capacidad de agenciamiento y acción colectiva. Por lo que resulta relevante los acontecimientos sustanciales que fenomenológicamente se producen en el entorno. Es así, por el cual, el autor, indica que, “los modos de subjetivación pueden revertir las relaciones de poder y saber, y convertir así la resistencia en una actitud crítica problematizadora y creadora de lo nuevo” (p.157). Para ello, ancla las nociones de inmanencia y acontecimiento en la construcción de la subjetividad del sujeto dentro del ámbito social.

En los últimos apartados, hace una especie de convergencia entre la ética, la estética y la política que permea en el pensamiento de Foucault y cómo éstos son elementos concomitantes e intrínsecos a la creación y desarrollo de los modos de vida. Para abordar la temática, incrusta las ideas de hablar franco, el des-aprendizaje crítico y el poder de la verdad. Por lo que resaltamos las expresiones, sentidos e intenciones humanas como mecanismos de análisis para complejizar el actuar del sujeto. Así, el autor cierra el texto con algunas reflexiones sobre el sujeto y la acción social y de cómo éste es formado en, para y desde ella. Con esta visión, quebranta las ideas clásicas y tradicionales de un sujeto pasivo, receptor, inmutable e inclusive muerto.

Si bien es cierto, la obra se enmarca en la filosofía política y antroposocial, el autor no descuida el campo educativo, más bien, implícitamente se inserta al debate y aboga para el diseño y construcción de otras pedagogías, y que éstas fomenten una educación donde se favorezca la diversidad cultural, lingüística y la vida misma. Por lo tanto, su aporte al campo social radica en no dar por concluido las discusiones, ni las investigaciones, sobre las lecciones foucoultianas, por el contrario, nos incita a leer y descifrar en clave contextual las obras de los pensadores que han intentado pesar la realidad desde las periferias.

En resumen, la obra está dedicada a ofrecer una lectura menos convencional de la obra foucaultiana, necesaria hoy en nuestros días, por ello, recomiendo ampliamente dicho libro para los amantes de la filosofía, la política y la acción social. Sobre todo, para los que buscan generar procesos de rupturas epistémicas y ontológicas desde el campo social y educativo como desde otras áreas; así como para aquellos que han asumido el reto de sentipensar desde sus locus enunciativos propios para el emprendimiento de acciones glo-cales, de modo que estas incidan en la autonomía individual y colectiva, y con ello, “crear otras formas de insumisión y vida creativa” (Sánchez-Antonio, 2021) que abonen a la lucha descolonial. Se habla entonces, no de una síntesis de las obras de Michel Foucault, sino de una lectura que plantea la imagen de un sujeto ya no como problema, sino como agente de acción y transformación sociocultural en clave crítica y decolonial. O como lo ha puntualizado Arturo Escobar en la contraportada del libro, al decirnos que, de éste análisis podemos discernir elementos para despedirnos de una vez por todas del ya largo periodo de predominancia y dominación del régimen del hombre para trascender así la herencia humanista de occidente, reinterpretándola como una entre muchas formas de lo posible humano.

Roberto Hernández Vásquez