Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 86 (2022)
ISSN: 1130-0507 (papel) y 1989-4651 (electrónico)
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NIETO, Carlos (2021). El mundo desde dentro. El pensamiento de José Ferrater Mora. Prólogo de Victoria Camps, epílogo de Javier Muguerza. Sevilla: Renacimiento, 517 p.
Han transcurrido 38 años desde que un joven profesor leía su tesis doctoral en Salamanca, Ontología y método en la obra de José Ferrater Mora, que posteriormente, en 1985, apareció como libro con el título: La Filosofía en la encrucijada. Perfiles del pensamiento de José Ferrater Mora, con un prólogo de Javier Muguerza. Acaba de publicar El mundo desde dentro. El pensamiento de Ferrater Mora, fruto de un trabajo constante, a lo largo de los años, Carlos Nieto seguía repensando las filosofías del filósofo catalán. Y los años dan perspectiva, experiencia, oficio y, en este caso, saber narrar brillantemente las estelas del filósofo catalán, José Ferrater Mora (1912-1991).
Pero por favor, no reduzcamos sus labores filosóficas al malvado ámbito del “especialista”. No. El profesor Nieto Blanco ha escrito libros importantes sobre filosofía, conocidos en el ámbito universitario, aunque escribe de un modo diáfano para que sea comprensible por cualquier lector cultivado, destaco entre otras: Lecturas de historia de la Filosofía, (1992), La conciencia lingüística de la filosofía. Ensayo de una crítica de la razón lingüística (1997), La religión contingente (2013), la edición e introducción de la Obra completa de Augusto González Linares (2014), Memoria e interpretación. Ensayos sobre el pensamiento moderno y contemporáneo (2016), y Discurso sobre la democracia (2020).
A lo largo de estos años entre clases, congresos, libros de temática muy diversa, Ferrater Mora ha sido una constante y matriz de muchas de sus investigaciones filosóficas, cultivando su conocimiento con entrevistas con el filósofo, intercambio epistolar a la vieja usanza, aunque nuestro mayor filósofo del exilio, junto a José Gaos, era un empedernido amante de las nuevas tecnologías y siempre tenía el último dispositivo, aquí en España seguíamos con la cuartilla y la pluma. Este libro es una visión íntima de un autor que conoce perfectamente y que no ha de ceñirse a las normas académicas al uso, de ahí el título. Sirva como ejemplo que la lectura de las citas, que van al final es otro pequeño texto sobre Ferrater Mora, merece la pena leerlas así. Es la unidad de un texto repensado a lo largo del tiempo, enriquecido con muchas lecturas filosóficas que ponen a nuestro filósofo en el lugar que le corresponde.
Hay que destacar la edición primorosa que hace Renacimiento, en su colección, Iluminaciones, libro manejable, aunque tenga más de quinientas páginas. Está dividido en tres partes: Génesis y estructura de la obra; el discurso ontológico y la tercera. Un escritor comprometido, además de una coda final. También una introducción donde sitúa a Ferrater en el contexto filosófico (La universalidad de un pensador en la encrucijada). El prólogo de Victoria Camps, brillante, despliega su experiencia personal con Ferrater Mora. El epílogo de Javier Muguerza, es el prólogo a la edición de 1985, en el que las palabras del autor de Desde la perplejidad no han perdido su vigencia al interesarse —y cuestionarse— sobre la ontología de Ferrater y la estirpe del integracionismo.
El Diccionario de Filosofía, obra cumbre en cuatro volúmenes, ha sido un verdadero agujero negro, que ha velado parte de la gran obra de Ferrater Mora, destaco: España y Europa, 1942; Les formes de la vida catalana, 1944; Unamuno. Bosquejo de una filosofía, 1944; Variaciones sobre el espíritu, Buenos Aires, Sudamericana, 1945; La ironía, la muerte y la admiración, 1946; El llibre del sentit, 1948, El libro del sentido; El hombre en la encrucijada, Buenos Aires, 1952; Cuatro visiones de la Historia Universal: San Agustín, Vico, Voltaire, Hegel, 1955; Ortega y Gasset. Etapas de una filosofía, 1958; Reflexions sobre Catalunya, 1955; La filosofía en el mundo de hoy, 1959; El ser y la muerte: bosquejo de filosofía integracionista, 1962; La filosofía en el món d’avui, Barcelona, 1965 La filosofía en el mundo de hoy, La filosofía actual; Indagaciones sobre el lenguaje, Madrid, 1970; Els mots i els homes, 1970; El hombre y su medio y otros ensayos, 1971; Las crisis humanas, 1972; De la materia a la razón, 1979; Modos de hacer filosofía, 1985. En el texto, encontramos una exhaustiva bibliografía cronológica de Ferrater y sobre el autor una extensa y puesta al día de lo que se ha publicado sobre nuestro filósofo.
En mi relación he dejado fuera algunas obras, unas escritas en castellano y otras en catalán, siempre alternó las dos lenguas: Tampoco he citado sus obras de ficción y de cine. Si a toda esta obra añadimos la elaboración del Diccionario de Filosofía, iniciado en 1941 y la última edición que revisó fue la 6ª, en 1979, con cuatro volúmenes y unas 4000 páginas a doble columna, entenderemos lo amplio de la obra de nuestro hombre. Por supuesto que en muchas entradas del diccionario encontramos a su autor. Dicho esto, es inexplicable que al día de hoy no se hayan hecho una edición de sus Obras Completas, la Càtedra Ferrater Mora debe ser quien reinvindique su edición y lidere esta empresa, al margen de cualquier lectura política.
En El ser y la muerte plantea el esbozo de su filosofía integracionista y sus elementos de método, en El ser y el sentido ofrece el esquema y desarrollo de su ontología. La filosofía integracionista de Ferrater, su doctrina del integracionismo se convierte en el método de todo su quehacer filosófico. Ese modo de mirar el mundo implica un espíritu tolerante y dialógico, que no se contenta con uno de los elementos del problema y su prevalencia, siempre hay que aceptar y revisar los otros. Es una voluntad, muy machadiana, de ser complementario; de no apostar por una tradición de modo exclusivo sino de la confluencia de las mismas. Las realidades en las que nos movemos los humanos son varias y distintas, a veces uno encuentra ecos y resonancias del perspectivismo de Leibniz y Ortega. En su Diccionario de Filosofía nos señala las esferas a las que puede aplicarse el integracionismo: Teoría de los Universales, metafísica, teoría del conocimiento, filosofía de la naturaleza orgánica y la filosofía del lenguaje.
En la ontología de Ferrater Mora, la realidad radical es el punto de partida de la reflexión filosófica junto al lenguaje, su analítica va dirigida al ser y al sentido en su ontología integracionista o empírico-dialéctica, como el la denomina. Esta disposición que es el sentido “no está en la realidad, porque es la propia realidad en una de sus disposiciones fundamentales” (El ser y el sentido, XII, parágrafo 1). Es una fenomenología de la existencia humana para entender y llegar al ser y al sentido. Ser es nuestra interpretación de la realidad y la apertura del hombre al mundo, la ontología es el marco del hacer, entendido como acción, producción y creación. De nuestras acciones sociales y políticas, así como las artísticas. Destaca Carlos Nieto las tres influencias que encontramos en la ontología ferrateriana: una ontología de linaje fenomenológico, donde la presencia de Ortega es manifiesta, así como la de Heidegger, Merleau-Ponty y Sartre. La vida es un ahí, es lo que prevalece, es el faktum del cual se parte, es prioritaria frente a la conciencia. La actividad del yo y el mundo. Siempre frente al idealismo o a cualquier tipo de trascendencia. Así mismo, encontramos la tradición analítica, influenciada por Quine y similar a la de Strawson. La realidad como “lo que hay”, la ontología está en la realidad y en las teorías científicas; nuestro discurso, según sea su tipo, nos llevará a una ontología o a otra. Depende del lenguaje que usemos pues conlleva un tipo de realidad. El criterio lógico se convierte como única vía de compromiso ontológico. Es una ontología descriptiva en tanto que intenta categorizar la realidad, en la senda de Aristóteles y Kant. Por último, la tradición naturalista americana, con Dewey a la cabeza, C. D. Broad y otros, donde la realidad es el resultado y se va organizando conforme evoluciona. Introduce el principio de polarización de Morris R. Cohen, le sirve para integrar como complementarios, lo que son polos opuestos, como en su integracionismo.
Todos esos polos son distintas tramas y perspectivas de la realidad. La ontología del Ferrater es siempre basamento de la ciencia y su desarrollo. Hay parecidos con Ortega, una ontología sin teodicea. Es en El ser y la muerte donde va a situar al hombre para exponer su ontología, La muerte es el hilo conductor, el cesar y morir forman parte de nuestra vida, esa cesabilidad máxima se da en los seres humanos. La muerte es una culminación y una desindividualización máxima, vemos como se entrecruzan tesis vitalistas con existencialistas; siendo la muerte quien otorga sentido a nuestra vida, si el hombre no muriese no tendría sentido su vida, la muerte es, heideggerianamente, un acontecimiento. Por último, su Ética aplicada. Del aborto a la violencia (1981) fue un libro rompedor, especialmente en España, en la segunda edición insistía en los deberes que tenemos para respetar nuestro planeta, haciendo una ética anti-antropocéntrica, una ética del medio ambiente y del respeto a la tierra, que debemos cuidar para nuestros descendientes. “Lo que hagamos con nosotros mismos depende en buena parte de lo que decidamos hacer con el mundo natural que nos rodea” (Nota a la 2ª ed., p.9)
Pero desde su juventud, nuestro autor quería ser escritor (Cóctel de verdad, 1935) dándose a conocer como ensayista de textos breves, tras años de producción filosófica volverá a ser un escritor comprometido tanto en el periodismo, en el ensayo o en la novela. Incluso recoge un texto breve, “El arte de escribir”, en sus Obras selectas donde expone sus dudas acerca de di debe seguir escribiendo, así como los problemas inherentes al escribir. Especialmente sortear a los cuatro grandes enemigos: la imprecisión, la pesadez, la retórica y el mal gusto. Destacando su correspondencia con Pere Quart (Joan Oliver) sobre estas cuestiones de precisión y belleza en el lenguaje, así como consideraciones sobre el catalán en el que escribía Ferrater.
Destacando las colaboraciones periodísticas en La Vanguardia y El País donde realizaba un periodismo “más o menos filósofico”, muy alejado de la pedantería academicista de los tontos con curriculum. Se trata de reivindicar un espacio, un lugar, unas temáticas para la filosofía dirigidas al gran público. La huella orteguiana también está aquí presente en muchos de los temas que aborda Ferrater, especialmente en esa necesidad de compartir lo pensado en aras del interés general. La paz, el respeto a la tierra, libertad, minorías, son temas que aborda desde sus artículos periodísticos; en todos ellos hay ese apunte al clásico filosófico, ya sea la paz perpetua o la respuesta de Fernando de los Ríos a Lenin, ¿Libertad para qué? Libertad para ser libres que manifestó el político socialista. Todos ellos son correlatos de cuestiones que interesan en el periodo que los publica (guerra del golfo, feminismo, etc.) Destaca, Carlos Nieto, los presupuestos o plan seguido al escribir un artículo: problema de interés social, cultural o político, plantea la cuestión, luego las posibles alternativas, para, finalmente, ofrecer una respuesta. Es un hombre, filósofo, escritor, periodista, comprometido. Su generación es la del engagement, en duros tiempos dominados por el exilio, la guerra fría y la globalización y sus efectos.
Escribió tres libros de relatos y cinco novelas, destacamos su obra póstuma Mujeres al borde de la leyenda (1991) donde aborda la vida de mujeres de la antigüedad, cuya proyección resulta interesante. El profesor Nieto Blanco recorre y expone todas estas obras en unas páginas excelentes sobre la filosofía y la narrativa, su identidad y diferencia. Y ¡cómo no! Su reflexión sobre su país, Cataluña, podemos ver como esa meditación arranca ya en los años del exilio, es lo que llama ejercicio de “catalanidad”. Su postura la resumimos en dos palabras: catalanista, sí; nacionalista, no. Su universalismo ético, unido a su internacionalismo cultural no deja dudas acerca de la postura de Ferrater. Recordemos aquí, lo dicho en Las formas de la vida catalana, (reeditada seis veces en catalán y tres en castellano desde 1944), a este libro Salvador Giner lo caracteriza como “un ensayo de filosofía social”; las cuatro formas (continuidad como respeto e integración del pasado y la tradición; seny, como sensatez/prudencia/cordura; la mesura como equilibrio y equidistancia; por último, la ironía como modo de suavizar las aristas, es terapéutica, más cercana a la piedad que al sarcasmo, dice Ferrater que es cervantina, no quevedesca) no eran las que conformaban un carácter del pueblo catalán, ni eran únicas, simplemente son cualidades positivas o —dicho aristotélicamente— virtudes.
Posteriormente, en 1979 al ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Barcelona, pronunció su discurso titulado, Reflexions sobre la “Filosofía a Catalunya”, en el ampliaba los cuatro elementos, ya citados, e incorporaba la fidelidad a la realidad; la propensión contractual, al pacto y al diálogo; la profesionalidad, sin duda clave como modo de ser y vivir con los otros; finalizaba con “el deseo de claridad”, de transparencia que diríamos ahora. Son todos elementos para la convivencia y el diálogo social, lejos de discursos rupturistas con los pactos establecidos. Esta es la voluntad de estilo de José Ferrater Mora cuando habla de Cataluña. Por supuesto que la lengua catalana, su uso es clave para el desarrollo de Cataluña. No supone arrinconar el castellano, apuesta por un bilingüismo, arrostrando todas sus consecuencias, “la habilidad de emplear con razonable soltura las dos lenguas.” Por tanto, quedan excluidos los intolerantes que niegan una u otra lengua. Habría que europeizar a Cataluña y catalanizar a España, algo muy orteguiano, Europa como meta, cultura y democracia. Pero no hay cabida para unitarismos, centralismos ni separatismos. Su vocación de incorporar, agregar y componer, fruto de su integracionismo, es siempre manifiesta.
Finalmente, resaltar —una vez más— que es un libro que se lee fácilmente por lo bien escrito que está, donde nos sitúa frente a un filósofo crucial para España y su pensamiento, a la altura de los tiempos, plantea los problemas que el hombre de nuestro tiempo, siempre preso en su encrucijada tiene que afrontar. Ese es el destino, la circunstancia de estos tiempos que vivimos. Y la de nuestro admirado, José Ferrater Mora.