Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 84, 2021
ISSN: 1130-0507 (papel) y 1989-4651 (electrónico)
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RIVERA, A. y MATEO, E. (eds.) (2020). Las narrativas del terrorismo. Cómo contamos, cómo transmitimos, cómo entendemos. Vitoria, Madrid: Fundación Fernando Buesa y Ediciones Catarata.
La palabra “narrar” proviene del latín narrare, derivada a su vez del adjetivo gnarus: el que conoce1; por el contrario, el ignorante, término que comparte la misma raíz, sería aquél que no puede o no quiere narrar: el que desconoce porque nunca supo o bien porque ha olvidado. Por ello el terrorismo —que ha aniquilado personas y silenciado voces— demanda la narración, entendida en tres sentidos interconectados: el compromiso moral con las víctimas, para que no se ignore el daño infringido; el compromiso con la sociedad, para que no se repita la violencia y no haya más víctimas y victimarios; y, por último, el compromiso intelectual: abordar lo que sucedió, por qué y cómo comprenderlo.
Esta forma de conocimiento —polifónico e interdisciplinar− es la premisa de la que parte el presente libro: Las narrativas del terrorismo. Cómo contamos, cómo transmitimos, cómo entendemos. Sus dieciséis capítulos comparten, implícita o explícitamente, los mismos interrogantes: ¿puede permitirse una sociedad ignorar
—no narrar— su pasado? Y si se narra, ¿desde dónde hacerlo y por qué? Son preguntas desde luego abiertas, pero no por ello abstractas o relativistas. No son abstractas porque se sitúan sobre todo en la sociedad vasca contemporánea, pero también en el resto del Estado: cómo se ha vivido y sufrido el terrorismo y cómo debería narrarse ahora, si bien las reflexiones éticas y políticas que contiene el volumen son extensibles, por fundamentales, también a otros contextos. Y no son relativistas pues tales interrogantes sólo tienen sentido si están basados en ciertas ideas; ideas sin las cuales no puede existir narración posible pues, como se apunta en el prólogo, “la realidad no se ve en el vacío”.
Dichas ideas podrían sintetizarse en cuatro conceptos clave que, de un modo u otro, atraviesan todos los capítulos del libro: la memoria, pues cualquier narración debe ir de la mano de la conciencia de un pasado colectivo, aunque haya sido, o precisamente por ello, dolorosamente compartido; el reconocimiento del daño, pues la convivencia y la posibilidad del perdón exigen de justicia reparadora; la afirmación de la dignidad humana; y la democracia como marco normativo irrebasable.
Así, el volumen se abre con un interrogante: ¿Dónde está(n)? La pregunta ineludible y las respuestas del relato, donde Patxi Lanceros reflexiona, a partir de la poética del Génesis y de la secularización de la Historia, sobre la dimensión moral de todo asesinato. A continuación, en Narrativas y memoria colectiva: entender cómo narramos para entender cómo recordamos, César López Rodríguez expone algunas claves de la memoria individual y la memoria en y del grupo, sus esquemas narrativos y las posibles consecuencias para un presente compartido; por ejemplo, dónde situar las emociones (orgullo, culpa…) en los relatos. En consonancia con ello, María Teresa López de la Vieja reflexiona en el tercer capítulo, Entender el daño, sobre los conceptos de comprensión, perdón y justicia, y los matices complejos y necesarios que deben existir entre ellos. El relato de José Ibarrola, en El estigma familiar, constituye un ejemplo, precisamente, del alcance directo e indirecto y las dimensiones del daño, tanto desde una perspectiva individual como colectiva. Ahora bien, ¿cómo y dónde, en qué disciplinas y medios, expresar dichas narrativas? El libro aborda tres campos necesarios y conectados: el amplio espacio de lo audiovisual, la representación literaria o gráfica y la transmisión en el ámbito educativo.
Elena López Aguirre analiza en ¿Quosque Tandem, Vasconia? las ideologías que se filtraron en la música que escuchó toda una generación de la sociedad vasca, las consecuencias de ello, y también los ejemplos de resistencia. Y no sólo la música, sino también el cine: Eterio Ortega Santillana examina en Cine y terrorismo las razones de la ausencia y la progresiva presencia en la representación audiovisual del fenómeno terrorista y las claves de su propio trabajo cinematográfico al respecto. De forma complementaria puede leerse el capítulo de Roncesvalles Labiano Juangarcía, Las víctimas de ETA en el cine y la narrativa literaria, que recorre la historia de la representación de las víctimas en el cine y la literatura desde el tardofranquismo hasta la actualidad. Y del cine a la televisión: En Una Historia televisada: ETA y sus víctimas en la pequeña pantalla, Santiago de Pablo, Virginia López de Maturana y David Mota Zurdo llevan a cabo un detallado análisis empírico que analiza las razones de la escasez de las producciones televisivas en torno a ETA hasta el cambio siglo. Pero la representación del fenómeno no se agota en las pantallas. El teatro ofrece asimismo una mirada complementaria y distinta; como señala María San Miguel Santos en El teatro documental y la ruptura de canon, “el hecho teatral llega al Otro por un canal diferente: el sensitivo, emocional y visceral” y, por ello, tal vez sea la disciplina artística más radical en la representación de un fenómeno tan doloroso como el terrorismo. En suma, las narraciones audiovisuales y performativas del daño permiten ampliar sus posibilidades de comprensión, el reconocimiento de las víctimas y las formas de reparación.
Lo mismo, mediante una vía paralela, es lo que ofrece la literatura. Vicente Carrión Arregui revisa en Literatura y violencia política las novelas que han abordado, aun de forma oblicua, el terrorismo y las claves psicológicas que hacen de la narración literaria un ámbito de vivencia y comprensión tan necesario. Porque es capaz de romper “el mar de hielo” que a veces inunda las sociedades, tal como señala Luisa Etxenike Urbistondo en el capítulo Escribir con el terrorismo, que tiene como objeto examinar las profundas razones de la literatura contra la violencia y el fanatismo. Decía Amos Oz que lo que caracteriza a un fanático es su falta de sentido del humor. Pues bien, este bloque temático se cierra con la contribución de Jesús Zulet Izura: Humor gráfico contra los terrorismos, donde expresa, por medio de palabras e imágenes, el poder comunicativo del dibujo y el humor.
¿Y cómo transmitir todo ello a las siguientes generaciones? Los cuatro últimos capítulos abordan la explicación del terrorismo en el ámbito educativo: La presencia de las víctimas en las aulas vascas, de Jonan Fernández Erdocia, examina el programa Adi-adian desarrollado por el gobierno vasco y basado en la transmisión del testimonio de las víctimas al alumnado. En continuidad con ello, Raúl López Romo explica en La educación ante el terrorismo, los antecedentes de la propuesta Adi-Adian, el enfoque pedagógico de la misma y algunos resultados reveladores; y Fernando Muga Villate analiza en Aportación de las víctimas de la violencia política en los centros educativos del País Vasco, la experiencia entre víctimas y alumnado, su importancia en el cumplimiento de los compromisos educativos, y algunos apuntes para su mejora. Por último, María Lozano Alía expande el horizonte de tal propuesta en Las víctimas en las aulas en el contexto europeo, donde reflexiona sobre el programa del testimonio de víctimas en algunos centros educativos europeos, a partir de los conceptos de resiliencia y de evitación del daño. Se trata, en última instancia, de educar en un suelo moral común, nacional o internacional, basado en el respeto por los derechos humanos.
En definitiva, narrar el terrorismo en el momento en que ocurría, según Elena López Aguirre, era como relatar un naufragio mientras te estás ahogando. Ha tenido que transcurrir el tiempo suficiente para que sea posible narrar, comprender y cuestionar lo sucedido. El presente libro es un ejemplo de las múltiples formas y perspectivas en que tales acciones pueden llevarse a cabo.
(Universidad de Salamanca)2
Referencias
1 Diccionario Etimológico Castellano en Línea, disponible en: http://etimologias.dechile.net/?narrar (última consulta: ١٨.٠٧.٢٠٢٠).
2 Este trabajo se inscribe en el marco de dos proyectos de investigación: Bioética y Ciudadanía VI. Ética Traslacional. MINECO. PID2019-105935RB-I00 (2020-2021), y El desván de la razón: cultivo de las pasiones, identidades éticas y sociedades digitales. MINECO. FFI2017-82535-P