Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 84, 2021

ISSN: 1130-0507 (papel) y 1989-4651 (electrónico)

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HEGEL, G. W. F. (2019). Lecciones sobre la filosofía del espíritu subjetivo II. Antropología. Traducción Alberto Ciria y Juan J. Padial, notas y estudio preliminar por Juan J. Padial, Sevilla: Thémata, 540 pp.

 

En septiembre de 2019 vio la luz Lecciones del espíritu subjetivo II, el segundo volumen traducido de los cursos impartidos por G.W.F. Hegel en la Universidad de Berlín en la década de 1820. En este segundo volumen se recogen los apuntes de Heinrich Gustav Hotho en 1822, Karl Gustav von Griesheim en 1825, y de Stolzenberg entre 1827 y 1828. Los tres fueron alumnos de Hegel y asistieron a sus clases, anotando las explicaciones pertinentes que el filósofo alemán daba acerca de la Antropología —la antropología es en el sistema hegeliano la primera ciencia del espíritu, es decir, lo que en el paradigma de la actualidad psicológica denominamos «preconsciente»—.

Para poder desarrollar correctamente la descripción de esta nueva obra, primero trataremos de mostrar la relevancia de tener una traducción al español de esta obra. Luego pasaremos a la exposición de los traductores y a comentar el estudio preliminar y las notas. Finalmente expondremos el propio contenido de la obra centrándonos en las partes novedosas en las que este volumen puede ser de extraordinaria relevancia.

Este volumen es una obra que cualquier investigador e interesado en la filosofía de Hegel debería utilizar por varios motivos. El primer motivo es que este conjunto de lecciones solamente estaba disponible hasta ahora en alemán y en inglés. Por eso, que se haya elaborado una traducción al español ya es un gran avance para los países de habla hispana. Además, la traducción ha sido realizada por Alberto Ciria y Juan José Padial, lo que constituye una garantía asegurada. Alberto Ciria, el reconocido académico español, ha traducido en anteriores ocasiones obras de Fichte, Heidegger y Lauth. Un experto en la traducción del alemán-español de su nivel ha decidido en esta ocasión traducir a Hegel, uno de los filósofos alemanes más potentes de toda la historia del pensamiento occidental. Por otra parte, encontramos la figura de Juan José Padial, partícipe no solo en la traducción, sino que ha elaborado en este volumen el estudio preliminar y las notas. Padial es profesor de la Universidad de Málaga y un reconocido experto español en la filosofía de Hegel, siendo además uno de los miembros más activos del Grupo de investigación sobre el Idealismo alemán.

Habiendo presentado a los dos encargados de haber traído las Lecciones del espíritu subjetivo II al lenguaje hispano, huelga decir que el estudio preliminar de la obra es bastante detallado. Este estudio permite al lector interesado en la filosofía del espíritu subjetivo de Hegel sumergirse en las ideas clave para la correcta comprensión de lo que expone este volumen. Así, la nota preliminar presenta al inicio una breve exposición comparada con lecciones impartidas anteriormente por el propio filósofo para que el lector tenga un bagaje de la obra de Hegel suficiente para entender en qué momento se dictan estas lecciones y su contenido.

Posteriormente pasa a exponer con la terminología más actual las ideas de Hegel, de manera en que el lector pueda sentirse cómodo en su lectura y entienda a qué se refiere exactamente cada concepto. Es a destacar la enmarcación sobre las posibles críticas y similitudes hacia otros autores en el propio estudio preliminar. Véase como ejemplo la rigurosidad con la que Padial expone al lector los puntos de unión de Hegel con Kant: «Según Hegel, es un acierto de Kant el no pensar al yo como objeto, y denunciar con ello los paralogismos», (p. 19). A su vez, el estudio preliminar también servirá de contextualización, pues Padial guía al lector incluso en la terminología científica y filosófica de la época: «Esto plantearía todas las dificultades desde la metafísica del alma, la Pneumatología» (p. 23). Finalmente, la nota preliminar dedica la mitad de su extensión a exponer correctamente el concepto de «antropología» en la obra de Hegel y su relación con la exposición que realiza en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas. De este modo expone las tres partes del alma: el alma natural; el alma que siente; el alma efectivamente real. Estas tres nociones son explicadas con una precisión elogiable por parte de Padial.

Aparte de la labor de traducción y el estudio preliminar, son muy a destacar las notas. Todas las notas tienen el objetivo de clarificar y contextualizar. De esta manera, encontramos que notas como la 372 (p. 521) explicita las diferentes acepciones de la palabra «sentir» para poder introducir al lector hispano de una manera precisa en un tema tan complejo como el «alma sintiente». Incluso asume posibles correcciones en los apuntes de los tres alumnos de Hegel. Por ejemplo, la nota 384, en la que encontramos que «Parece que hay un error en la trascripción. Hegel debe estar refiriéndose a Jenofonte y no a Jenófanes. Sobre Jenofonte, véase la nota 18» (p. 522). Es decir, el volumen no solo se limita a ser una buena traducción acompañada de un estudio preliminar riguroso, sino que las propias notas son un material rico para trabajar por parte de los académicos, a la par que constituye una guía altamente recomendable para el lector interesado y no especializado.

En conclusión, se podría decir que el estudio preliminar y las notas del presente volumen constituyen no solo un claro ejemplo de la maestría en Hegel por parte de Padial, sino que permiten acercar la obra al lector común sin perder la calidad y rigurosidad de la filosofía. Conviene decir que, debido a su trayectoria, Ciria y Padial, son el símbolo de la seguridad y rigurosidad con la que tratar una traducción. Al haberse encargado estos dos académicos españoles no hay duda de la fiabilidad de la traducción, lo que tiene como consecuencia el afianzamiento con el que se puede leer y citar el texto, pues una mala traducción puede incluso llegar a dar una visión filosófica totalmente distinta de la que el propio autor quería dar. Sin embargo, en este caso la fiabilidad es máxima.

El contenido de la obra es muy destacable. En ella podemos observar cómo el propio Hegel va madurando su pensamiento paulatinamente en las diferentes clases que impartió y que viene recogidas en este nuevo volumen. Como se sabe, Hegel redactó su Enciclopedia de las ciencias filosóficas para sus clases en la Universidad de Berlín. Esto quiere decir que lo que expone en la Enciclopedia era desarrollado en sus clases. Por esta razón la traducción de los apuntes completos de su alumnado es, en definitiva, un elemento decisivo para poder comprender verdaderamente al autor. Esto nos permite seguir el transcurso de la propia Enciclopedia en sus tres ediciones. Los apuntes de 1822 y los de 1825 se corresponden con la primera edición de la Enciclopedia, en 1817. Sin embargo, hay cambio entre ellos, razón por la que aparecería la segunda edición de la Enciclopedia en 1827. Por este motivo gracias a Lecciones sobre la filosofía del espíritu subjetivo II podemos observar el proceso de maduración del pensamiento de Hegel sin limitarnos a comparar la primera y la segunda edición, sino atendiendo al proceso de reflexión que se estaban llevando a cabo por parte de Hegel en sus clases. Finalmente, los apuntes del periodo de 1827-1828 ya atienden a la segunda edición de la Enciclopedia.

Sumergiéndonos en el propio contenido del volumen, Hegel tiene ciertas temáticas sobre las que, como se puede observar gracias a estos apuntes, reflexiona durante años. Podremos a continuación dos ejemplos: las edades del ser humano, y el desarrollo del propio concepto de antropología. Yendo al primer punto, el ser humano tendría de acuerdo con las lecciones de 1822 un primer periodo desde su niñez a su adolescencia. El discernimiento entre ambas etapas viene marcado por los momentos vitales que se manifiestan en la actitud. Así, recogen los apuntes de 1822: «En el muchacho, la oposición contra el mundo aún no tiene verdad, sino que es solo representada. El muchacho juega y aprende. La culminación de la edad juvenil es el adolescente. Aquí comienza la seriedad, la oposición del sujeto contra un mundo que aparece en su aspereza» (p. 117). Incluso Hegel trata brevemente sobre el carácter marcado de la juventud frente al periodo maduro del adulto: «Así pues, el hombre adulto tiene la relación correcta con el mundo como es. La juventud, por el contrario, es revolucionaria» (p. 118). Finalmente, se puede encontrar en esta misma línea que el anciano es el hombre que ha perdido el interés, y es justamente esto lo que le hace envejecer. No de manera biológica, sino espiritualmente por haberse acostumbrado al mundo. El anciano es aquel al que ya nada le sorprende. Por eso Hegel señala que: «Esta habituación constituye el tránsito a la ancianidad (…). Es decir, es la pérdida de intereses lo que hace envejecer al hombre. Para él no hay nada nuevo, todo es recuerdo, lo individual ya no tiene para él ningún interés particular, se atiene sólo a lo general» (p. 119). Todas estas explicaciones sobre las edades del hombre pueden tener una enorme conexión con la propia vida de Hegel. Y sin duda, si se realizase este tipo de estudio, Lecciones sobre la filosofía del espíritu subjetivo II es lo que el cónclave a la bóveda.

Incluso en las concepciones sobre cómo Hegel iba considerando la antropología este volumen es iluminador. Por ejemplo, en 1822 no encontramos una definición clara al inicio de los apuntes sobre qué es la antropología. Directamente trata el alma. En contraste, en el semestre de verano de 1825, encontramos en los apuntes de Griesheim una concepción muy amplia de la antropología. Tras exponer la relación del gesto con la comunicación, comenta Hegel que «todas estas cosas que atañen a la relación del espíritu con el cuerpo y del cuerpo con el espíritu entran aquí, en la antropología» (p. 179). Esto es un claro avance en la profundidad del pensamiento de Hegel. El lector puede contemplar cómo se va refinando. Finalmente, en los apuntes de 1827 y 1828, encontramos que la antropología es ni más ni menos que lo primero que Hegel define. Y es prácticamente seguro que el curso comenzase así, a diferencia del resto, porque los apuntes de Stolzenberg coinciden en el comienzo con los de Walter como nos sugieren sutilmente las notas a pie de página. Aquí encontramos la antropología ya muy bien definida y asentada: «En la Antropología el espíritu se encuentra en su determinación [o condición] natural. Esta condición natural, [el alma], es fundamento o base para el todo» (p. 339). Por este motivo, debe tomarse en consideración la evolución del pensamiento de Hegel que está refrendado por estas lecciones.

A modo de conclusión, se debe decir que es un volumen de una calidad excelente, y que, además, es iluminador para cualquier investigador. En esta reseña solamente se han tratado de manera abreviada dos ejemplos posibles, pero conceptos tan sumamente relevantes como el alma en su individualidad, el alma como totalidad y el alma efectivamente real son otros de los muchos temas que pueden investigarse gracias a este nuevo volumen.

 

Andrés Ortigosa

(Universidad de Sevilla)