ambientales de esta práctica y es a través del prisma de la economía circular que se ha abordado
la cuestión.
La economía circular es “un modelo de producción y consumo que consiste en
compartir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar los productos y materiales existentes durante
el mayor tiempo posible para que conserven su valor”
56
, lo que permite alargar el ciclo de vida
de los productos y reducir así la explotación de los recursos naturales y la producción de
residuos. Frente a la obsolescencia programada, que consiste en reducir la vida útil de los
productos para aumentar su renovación, parece lógico que la transición hacia un modelo de
producción más circular permita combatir esta práctica. Por ello, la Comisión Europea ha
incluido la lucha contra la obsolescencia programada en su plan de acción de 2015 para una
economía circular
57
. Con este espíritu, la ley francesa de 2015
58
sobre la transición energética
introdujo el delito de obsolescencia programada. La lucha contra la obsolescencia programada
se inscribe, pues, en la voluntad del legislador de combatir el cambio climático. Fue también
con motivo de esta ley que el concepto de economía circular hizo su aparición en la legislación
francesa como objetivo nacional y pilar del desarrollo sostenible. La transición hacia una
economía circular se define como “la superación del modelo económico lineal de extraer,
fabricar, consumir y tirar, apelando a un consumo sobrio y responsable de los recursos
naturales y de las materias primas primarias y, por orden de prioridad, a la prevención de la
producción de residuos, en particular mediante la reutilización de los productos, y, según la
jerarquía de los métodos de tratamiento de los residuos, a la reutilización, al reciclaje o, en su
defecto, a la valorización de los residuos”, texto codificado en el artículo L. 110-1-1 del Código
de Medio Ambiente francés
59
.
La penalización de la obsolescencia programada forma parte de este objetivo de
transición hacia una economía circular, ya que favorecería una producción y un consumo más
sostenibles. La ley antiresiduos para una economía circular (Agec) de 2020 también ha
reforzado el marco normativo de la obsolescencia programada
60
. Dado que la obsolescencia
programada provocará la producción de unos doce millones de toneladas de residuos, en
particular de RAEE, en 2020 en la Unión Europea
61
, la actuación contra ella se ajusta a los
objetivos de la ley Agec, que consisten en acelerar el cambio de modelo de producción y
consumo para limitar los residuos y preservar los recursos naturales, la biodiversidad y el clima.
Para lograrlo, la ley establece cuatro acciones: aplicar un índice de reparabilidad y avanzar hacia
un índice de sostenibilidad, facilitar la reparación y promover el uso de repuestos de la
economía circular, mejorar la información para mantener la compatibilidad del software y crear
fondos de reparación para reducir el coste de la reparación para el consumidor cuando acude a
un reparador. Por tanto, es evidente que la principal intención del legislador francés, al reforzar
el marco legislativo en torno a la obsolescencia programada, es contribuir a la protección del
medio ambiente.
56
PARLAMENTO EUROPEO, “Économie circulaire: définition, importance et bénéfices”,
europarl.europa.eu [en línea], 2 de diciembre de 2015.
57
COMISIÓN EUROPEA, Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular,
Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social
Europeo y al Comité de las Regiones, COM (2015) 614 final, 2 de diciembre de 2015, pp. 8-9.
58
Loi n° 2015-992 du 17 août 2015 relative à la transition énergétique pour la croissance verte, op. cit.
59
Artículo 70, Loi n° 2015-992 du 17 août 2015 relative à la transition énergétique pour la croissance
verte, 2015-992, codificado al artículo L110-1-1 del Código de Medio Ambiente.
60
Loi n° 2020-105 del 10 de febrero de 2020 relative à la lutte contre le gaspillage et à l'économie
circulaire, JORF n° 0035 del 11 de febrero de 2020.
61
LIBAERT, T., “Consommation et controverse : le cas de l’obsolescence programmée”, op. cit., p. 156.