CERDA DIAZ, Julio : Los archivos municipales en la España Contemporánea. Gijón: Ediciones Trea S.L., 1997, 436 p. Ediciones Trea ha apostado fuerte al conseguir editar el resumen de la tesis doctoral de Julio Cerdá Díaz, dentro de su colección "Biblioteconomía y Administración Cultural", de la que ya hay trece títulos en el mercado. Apenas un año después de ser leída en la Universidad de Murcia, el autor veía salir de la imprenta una obra que estamos seguros tendrá especial transcendencia en la archivística española, en la medida en que determina la verdadera dimensión de los archivos municipales en España en los dos últimos siglos, muy distante del ridículo papel que se les asigna en algunas obras de conjunto. Julio Cerdá Díaz, archivero municipal de Arganda y profesor en la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad de Alcalá de Henares, es el más joven de una generación de archiveros que trabaja actualmente en ayuntamientos españoles, y que a su presencia continua en los foros profesionales (congresos, jornadas, cursos, etc) une una prolífica, sugestiva y variada producción bibliográfica en temas archivísticos. Siempre desde nuestra subjetividad su esfuerzo y talento es comparable con el de Marcos Fernández Gómez (Sevilla), Joan Boadas i Raset (Gerona), Carmen Cayetano Martín (Madrid) e Isabel Seco Campos (Getafe), sin olvidarnos de otros compañeros del Grupo de Madrid o de la Mesa de Trabajo de Archivos de la Administración Local. Cada vez más lejos quedan los archiveros-cronistas municipales que tanto proliferaron en España hasta bien avanzado este siglo. Frente a ellos esta generación, con crecientes responsabilidades docentes, puede hacer mucho por el desarrollo de la archivística como ciencia, dado que sus importantes aportaciones teóricas no están sino empezando a aflorar. El control y utilización de la información es un
elemento vital en la estrategia política e ideológica de un sistema, en
todas las épocas y lugares. Con este punto de partida Julio Cerdá Díaz
traza de una manera muy didáctica las interrelaciones y dependencias
entre historia, archivística y política cultural a lo largo de los dos
últimos siglos, desde el nacimiento del Estado liberal decimonónico y
centralista hasta la actual España de las autonomías y nacionalidades,
utilizando los archivos municipales como objeto de análisis. Para ello necesita valerse de una completa bibliografía interdisciplinar, y de unas fuentes documentales que permanecían prácticamente inéditas. De esta forma consigue profundizar en un campo hasta ahora inabordado presentando al lector una aportación brillante, muy alejada de la mera descripción, en la que se dan a conocer las causas que explican la actual valoración del patrimonio documental municipal, y por ende de los archivos donde se conserva. Su obra está dividida en tres partes, que coinciden con tres etapas históricas con diferentes políticas archivísticas. La primera que denomina como "Revolución Liberal" abarca desde 1812 a 1875. La segunda incluye el periodo de la "Restauración y la Segunda República" (1876-1936), y la tercera comprende desde la Guerra Civil hasta la actualidad. No obstante comienza con un breve estudio sobre los archivos municipales en el Antiguo Régimen que ya de por sí constituye la visión de conjunto más completa que se ha publicado hasta ahora sobre estos archivos en ese amplio periodo histórico. Pero el autor destila sus amplios conocimientos con más soltura, apoyado en un aparato crítico excelente, y en una prosa directa y amena, cuando se centra en la relación entre los archivos municipales y el poder político en España en la Edad Contemporánea. Una investigación como la abordada por Julio Cerdá Díaz podría haber desembocado en una enumeración de disposiciones y de publicaciones, analizadas con desigual fortuna, pero frente a esto el archivero de Arganda nos sorprende (a algunos no tanto conociendo su trayectoria) con un estudio muy elaborado, muy sólido, en el que aporta continuas respuestas a los interrogantes que un lector ávido pueda hacerse sobre el panorama archivístico español en esos dos siglos, y no solo en el ámbito municipal. La propuesta de creación del Archivo de la Nación, presentada en 1814, o el proyecto elaborado en 1918 para poner en marcha los Archivos Históricos Provinciales son prueba de ello. Los intentos que el Estado realizó para incorporar los fondos documentales municipales a los archivos provinciales, o la utilización que de esos fondos harán los nacientes nacionalismos durante la Restauración, analizados por Julio Cerdá Díaz con gran rigor y por ello clarificadores en muchos aspectos, contribuyen a que el lector siga la línea trazada por el autor con renovado interés, conforme va adentrándose en sus páginas. No es fácil destacar ningún capítulo en concreto de este libro. Las repercusiones reales de la Guerra Civil en el patrimonio documental municipal, y el retroceso que supuso el franquismo para el desarrollo de los archivos municipales, pueden llamar más la atención. Pero a nuestro modo de ver cada capítulo de las tres partes en que está estructurado, y como las correspondientes conclusiones, rezuman coherencia, y como las piezas de un puzzle, contribuyen a diseñar un magnífico cuadro, cuyo examen y contemplación se va a convertir en una referencia obligada para los archiveros e historiadores españoles. Es mucho más que un libro sobre archivos municipales en un periodo concreto. Es una obra que nace ya con la seguridad de convertirse en un clásico de la Archivística española. Mariano García Ruipérez |